lunes, 28 de septiembre de 2015

RIIIcardo



RIIIcardo

Escrito por Federico Frisach.
Corona de madera
Este Ricardo III es el nuestro. Es sólo como un Argentino puede serlo: Perteneciente pero a la vez anárquico, activo pero quejoso, de buen corazón pero repulsivo.
La obra, escrita y dirigida por Norman Briski, tiene como actor principal a Sergio Barattucci, alumno del propio Norman. Y este Ricardo III -este rey- es presentado  a primeras ridículamente. Corona de madera, barba desprolija, movimientos ridículos. Sus acciones son psicóticas, su energía compulsiva, haciendo de éste personaje un ser

querible y a la vez horrible, y extrañamente profundo -la firma clara de Normam Briski.
En honor a Ricardo III de 17XX, y a la obra popular de Shakespare, este Riiicardo es quizás más real:  perdido en la neurosis, en el deseo de poder e inmortalidad, pero unido a su corazón poético, noble, libre. Hace de él un Revolucionario en contra de sí mismo -más profundamente en contra del Estado- y decide ir a la guerra para -auto?-derrocar el orden. Sin dudas es una metáfora bella, una poesía escondida en la monotonía dramática de un Shakespeare tomado como el padre moderno del teatro. ¿Lo ves a Briski criticando a Shakespeare? No, nadie parece tener la espalda para hacerlo, pero sí para tomar sus obras de arquetipo de rey del milenio pasado y adaptarlas a la realidad moderna, como debería ser.
Con música de época, Germán Cunese, Luciano Andrés Pereyra, Pedro Gelardi y Emiliano Virasoro acompañan con sus instrumentos a Ricardo  III siempre en conflicto, revelando sus secretos más íntimos -como la pulcritud- y sus ideas más universales -como la guerra y la paz. La actriz  Laura Gargiulo, de buena presencia, está detrás de Ricardo para hacerle sobresaltar sus ataques de neurosis y siempre conflicto interno. Afirmando la idea de: “No están todos locos en esa época, sino él”.
Briski, a cargo de dirección, dramaturgia, luces y escenografía -como quien dice, a cargo de todo- opta por una simpleza lúgubre. Teñido de colores marrones, oscuros, lo simple provoca a lo largo de la obra una sensación de estar en otra dimensión. ¿Quizás un limbo? Porqué no. Un limbo político, histórico, poético, espiritual. Y es quizás con el ojo que Briski visualiza el mundo a sus 77 años, en camino de ser padre nuevamente, avanzando con sus proyectos como cuando empezaba en el underground local.
Ricardo III tiene la expectativa de saber que viene de la mano de Briski. Se siente en el aire cuando la obra está por empezar. Y, en fin, Riiicardo es una obra de culto, pero es también graciosa, y es -sobre todo- una obra de Norman Briski, que sin dudas tiene su sello de calidad. Lo ha demostrado realmente a lo largo de su carrera. No lo remarca los que lo aman, sino los que también tienen criterio. Briski, siempre, es inteligente y profundo. Hace quedar a Shakespeare como tonto. Y está bien.
Ficha:
Actriz: Laura Gargiulo
Músicos: German Cunese, Luciano Andres Pereyra, Pedro Gelardi y Emiliano Virasoro
Asistente de Dirección: Fernanda Martinez
Dirección: Norman Briski
Prensa y Difusión: Valeria Ré
riiicardo

por Federico Frisach para www.espectaculosdeaca.com.ar



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